Yo siempre quise ser maestra desde niña. Mi padre, aunque no tenía muchos recursos, me ayudó a ir a la Normal más cerca que hubiera. Estudie en una escuela Normalista en Arteaga, Michoacán. Ademas de educarnos, hacíamos lo mismo [que los estudiantes desaparecidos], hacíamos huelgas y nos apoyaron diferentes escuelas Normalistas como la de nosotros y la de Ayotzinapa. Así como esos estudiantes andaban protestando, nosotros así lo hacíamos.